· Calorías. En crudo, aporta unas 95 por 100 gramos. Eso es bajísimo. Mucho menos que otras carnes como el cordero. Cuando hablamos de lomo curado esta cantidad aumenta porque es un producto que apenas contiene agua. Pero la cantidad que se suele comer en una ración también es menor, así que es un alimento interesante en este sentido.
· Grasas. El lomo es una pieza magra. El cerdo en fresco, aporta unos 2,65 g de grasa por cada 100 gramos, de los que 1,75 gramos son de las denominadas grasas buenas: ácidos grasos monoinsaturados y ácidos grasos poliinsaturados. Si consumes lomo de cerdo ibérico este tiene mayor cantidad de ácido linoleico y alto oleico por su alimentación natural, siempre en muy baja cantidad porque es magro. Además, se dice que el lomo de cerdo curado es bueno para la dieta porque al curar no solo pierde agua, también grasa, con lo que su ya escaso porte es menor.
· Colesterol. El lomo junto con la paleta y el solomillo son las piezas del cerdo ibérico con menos colesterol. Es muy inferior a otras carnes como las del cordero, el pato o el pollo. No obstante, si sufres hipercolesterolemia, consulta con tu médico.
En condiciones normales los nutricionistas recomiendan su consumo entre 3 y 4 veces por semana. Si quieres que forme parte de una dieta saludable y equilibrada puedes tomarlo tal cual, sin abusar de la cantidad de pan que lo acompañe. O añadirlo en virutas o tiras para enriquecer ensaladas y sopas frías, por ejemplo.
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