Lo primero sería vigilar el nivel de humedad, que suele ser la causa principal de por qué le sale moho al chorizo, para evitarlo, lo mejor es conservarlo en un lugar seco alejado de la luz directa del sol. La temperatura tiene que estar entre los 15º y 20º si se tratan de chorizos curados, o entre 2º y 7º si se tratan de chorizos cocidos.
La mejor posición para conservarlos son colgados boca abajo, de esta forma se mantienen aireados y se evita que las piezas suden.
También es importante no desechar la piel, pues es la que le proporciona la protección frente a los hongos y las bacterias, evitando la aparición del moho. Una vez empezado, cubre la parte abierta con un poco de aceite de oliva, eso dificultará la penetración de hongos, y tápalo con un trapo de algodón.
Por último, comprar solo lo que vais a consumir. Aunque pueda parecer un consejo extraño, de esta forma garantizamos que no aparezca moho en los embutidos que guardamos.
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